A r i b a u   c e n t r o

PROYECTO
Vivienda

LOCALIZACIÓN
Barcelona

AÑO
2021


SUPERFICIE
46 m2


El proyecto de Aribau empieza en el corazón de Barcelona con un piso destinado a alquiler. La vivienda escondía una joya en su interior: una encantadora terraza que funcionaba como un pulmón verde en medio del asfalto. El piso estaba correcto, pero el cliente necesitaba un toque de magia para darle personalidad y convertirlo en un verdadero hogar.

 

Para conseguirlo, se realizó una reforma completa sin casi modificar la distribución, se cambiaron los pavimentos, los revestimientos y se realizó una nueva instalación de luces directas e indirectas muy trabajada para generar un ambiente cálido y dulce. En cuanto a reforma, el mayor cambio empezó en la cocina, que pasó de ser una cocina independiente a una cocina lineal abierta de color antracita con campana de obra. La apertura de la cocina hizo que funcionase como conexión entre la sala principal y la terraza, convirtiendo la zona de día en un mismo espacio salón-comedor-cocina-terraza en el que la luz exterior y la calidez interior interactúan en un dentro-fuera funcional y acogedor.

 

Gracias a la nueva cocina, el comedor-sala consiguió ganar amplitud y mejorar la circulación. Desde el sofá, ahora se puede disfrutar del jardín y de la luz natural que entra a la sala principal. Se escogieron tejidos naturales y se acabó de decorar la estancia con un aplique Funiculi de Marset y muebles de madera. También se añadieron cortinas de lino para aportar mayor calidez, confort y sensación de bienestar.

 

El baño se reformó utilizando porcelánico, tanto en paredes como en pavimento, griferías empotradas y madera de castaño.

En la habitación, se colocó un arrimadero verde botella como cabecero de cama, se pintó el armario de blanco para aportar luminosidad, se cambiaron los pomos para darle un toque más sofisticado y se introdujo iluminación indirecta con otra lámpara de sobremesa modelo Funiculi y con la lampara Paréntesis de Flos.

 

Finalmente, en la terraza, se añadió un toldo y cortinas venecianas, una lámpara en suspensión modelo Santorini de Marset en medio de la pérgola, suelo de madera de Ipe y se arregló el jardín para convertirlo en un auténtico edén en el centro de la ciudad y conseguir el colofón definitivo de este piso estándar que ahora es ya especial. 


Fotografía Meritxell Arjalaguer

Ver el antes y después